Sunday, November 16, 2008

el continente invisible



“Los pobres suelen ser silenciosos. La pobreza no llora, la pobreza no tiene
voz. La pobreza sufre, pero sufre en silencio. La pobreza no se rebela.
Encontraréis situaciones de rebeldía solo cuando la gente pobre alberga alguna
esperanza. Entonces se rebela, porque espera mejorar algo. En la mayor parte de
los casos se equivoca; pero el componente de la esperanza es fundamental para
que la gente reaccione. En las situaciones de pobreza perenne, la característica
principal es la falta de esperanza.”

“Africa, antes de 1989, era el
campo de batalla entre dos potencias que se desafiaban en cualquier lugar del
mundo: tras la caída del muro de Berlin, es como si África hubiera dejado de
existir. Nadie en el año 2000 tiene ya intereses en África. Se trata tan solo de
un continente en los confines del planeta. En los últimos diez años se han ido
reduciendo los apoyos internacionales: la ayuda del desarrollo ha descendido por
debajo del 1%. Esto quiere decir que cada africano recibe menos de dos dólares
al mes. Es decir, nada”

Ryszard
Kapuscinski
- “Los cínicos no
sirven para este oficio” –

 While you make pretty speeches,
I'm being cut to shreds...
You feed me to the lions,
a delicate balance...

- Like spinning plates - 
Radiohead


La pobreza siempre es un tema incómodo. Cuando miramos de frente y sin adornos la cruda y brutal realidad de la pobreza extrema muy pocos son los que protestan, muestran su indignación o se interesan por el asunto. Menos son los que buscan la forma de hacer algo por remediar la situación. El resto, que es la gran mayoría, prefiere simplemente voltear la mirada hacia otro lado.
La razón es simple. La pobreza nos muestra la peor cara de nuestro mundo y nos encara con una verdad desagradable e irrebatible. Que vivimos en un mundo regido por leyes políticas y económicas profundamente injustas.
Durante siglos, los teólogos han perdido su tiempo en discusiones absurdas e inútiles referentes a si existe o no el infierno. En el siglo XXI, como una verdad que cada día se hace más evidente, la cuestión ha quedado finalmente saldada: el infierno si existe: se llama África.
El tercer mundo puede definirse e interpretarse de muchas formas. Por razones prácticas yo entiendo al llamado tercer mundo como la población mundial, en donde quiera que esta habite, que vive sumida en condiciones de pobreza. Resulta obvio que existen ejemplos igualmente atroces de pobreza no solo en África sino en Latinoamérica y en Asia. Pero el continente africano es el ejemplo más visible e inmediato de la inadmisible condición de la pobreza en su faceta más extrema.
África, un continente entero de la tierra, se encuentra agonizando. Sumida en una pobreza inenarrable y casi inimaginable para un ciudadano promedio del primer mundo, África se encuentra azotada día tras día por guerras civiles, genocidios, esclavitud, hambre y enfermedades. El SIDA en el África subsahariana tiene la incidencia mas alta a nivel mundial por un amplio margen. En algunos países 1 de cada 4 africanos esta contagiado. Para decirlo sin adornos y en términos simples y crudos, el SIDA esta exterminando regiones enteras de la población africana. Sabemos que el SIDA no tiene cura ni en el tercer ni en el primer mundo. Pero sabemos también que existen fármacos retrovirales que mejoran la calidad de vida del enfermo y aumentan en un cierto margen su esperanza de vida. En un ejemplo de brutal inhumanidad, las grandes empresas farmacéuticas productoras de los cocteles retrovirales se niegan a abaratar el precio de sus medicamentos –aunque solo fuera en estas regiones africanas y por razones humanitarias elementales- por lo que para el africano promedio infectado con el virus, la posibilidad de someterse a un tratamiento retroviral es un sueño absolutamente imposible.
Los africanos tienen la apremiante necesidad de conseguir alimento día a día con el simple propósito de no morir y esta tarea les impide ponerse a analizar las razones que llevaron a su continente a un estado inhabitable. El resto de nosotros podemos –y debemos- estar conscientes de las razones que condujeron a África al desastre. Aunque solo sea por razones éticas debemos saber que la actual situación de África es una consecuencia directa de la brutal explotación a la que ha sido sometido el continente desde hace siglos por las grandes potencias económicas europeas, por los Estados Unidos, y por la extinta Unión sovietica.
Podemos rastrear el inicio del desastre en uno de los más infames y negros episodios de la humanidad. Me refiero por supuesto al comercio de esclavos africanos que tantas ganancias le dieron a las grandes potencias económicas europeas y que se prolongó desde el Siglo XVI hasta el siglo XIX. Durante cuatro siglos Europa financió una cacería humana a lo largo y ancho del continente con el propósito de enviar africanos a trabajar como esclavos a los campos de Brasil, el Caribe y los Estados Unidos. Millones de africanos fueron arrancados de sus hogares y transportados hacia el lejano continente americano bajo condiciones infrahumanas que resultan inimaginables para cualquier persona que tenga la mas mínima capacidad de indignación. Culturas enteras fueron arrasadas. Civilizaciones y pueblos africanos desaparecieron por completo de la faz de la tierra debido a la voraz e insaciable sed de ganancias de los comerciantes –criminales- europeos que financiaron el comercio de esclavos. Como en tantos otros casos, los piadosos cristianos europeos responsables de estos crímenes tranquilizaron la voz de sus conciencias con ese argumento estúpido que decía que los africanos carecían de alma y eran por tanto dignos de ser tratados como bestias salvajes. En realidad, los animales gozaron de mejores condiciones de traslado que los africanos que partían de las costas occidentales de África hacia las plantaciones americanas.
Algunos cálculos fijan en sesenta millones el número de africanos que fueron esclavizados y trasladados a América durante esos cuatro siglos de infamia. Otros llegan a cien millones. La debacle del continente comenzó con el comercio de esclavos, que exterminó a gran parte de su población total y borró de la faz de la tierra sus pueblos y culturas locales.
El comercio de esclavos se prolongó casi cuatro siglos de forma ininterrumpida y solo fue abolido cuando se hizo evidente a los ojos de cualquier ser humano racional, que se trataba de un crimen horrendo en contra de la humanidad que no podía seguir siendo tolerado. El último país que se aferró hasta el final por mantener a africanos trabajando como esclavos fue los estados Unidos de América, el supuesto campeón de la democracia y la libertad del mundo.
Cuando terminó el comercio de esclavos, Europa implementó otra forma de explotación en África cuando, durante el siglo XIX, las grandes potencias europeas se repartieron sin escrúpulos el continente africano iniciando la era colonial. A lo largo de todo el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX Europa se aprovechó indiscriminadamente de todos los recursos naturales del continente que alcanzó a saquear. En la gran mayoría de los países africanos, los europeos continuaron con la implementación de la esclavitud de la población nativa. Sudáfrica fue uno de tantos de esos países, sin embargo pasó a la historia por implementar una serie de leyes y estatutos racistas e inhumanos que se prolongaron hasta bien entrada la década de los 90 del siglo XX –el llamado apartheid. El Apartheid cayó finalmente por la presión internacional unánime en contra del racismo del estado sudafricano y por la figura de uno de los más grandes héroes del siglo XX: Nelson Mandela.
Cuando el colonialismo fue desapareciendo a partir de la década de los sesenta, los estados libres africanos nacieron acarreando cinco siglos de brutal e ininterrumpida explotación europea.
La independencia llegó pero las cosas no mejoraron. Hoy, África se desangra cada día en medio de feroces guerras civiles –invisibles al mundo, ya que no aparecen en TV- que han cobrado y siguen cobrando la vida de millones de seres humanos, como es el caso de las guerras civiles del Congo. Se han perpetrado y se están perpetrando en el momento presente verdaderos genocidios y crímenes contra la humanidad. Basta con recordar el genocidio en Ruanda durante la década pasada, en el cual el conflicto entre dos etnias locales –hutus y tutsis- cobró la vida de más de un millón de personas en cuestión de unos meses. Otro genocidio esta ocurriendo en este mismo instante en una región de Sudan llamada Darfur. Como es costumbre, la opinión pública se interesó brevemente en el tema para darle paso después a temas menos incómodos. Los medios de comunicación por su parte, no dan testimonio de ninguna de las atrocidades que están sucediendo en África día con día y de esta forma es como si simple y sencillamente no existieran ante los ojos del resto del mundo.
Finalizada la era colonial, en la actualidad, la explotación europea y estadounidense no ha hecho más que transformarse y adoptar la forma de empresas transnacionales que continúan con la interminable explotación y ruina de África. Shell, Elf y otras empresas petroleras saquean despiadadamente a los países africanos con reservas de petróleo y gas natural, como es el caso de Nigeria. Mientras lo hacen, devastan ecosistemas enteros y dejan a la población nativa sumida en la miseria, viviendo en zonas inhabitables. El comercio de diamantes financia guerras civiles atroces en el Äfrica subsahariana, y solo en tiempos recientes se han implementado ciertas medidas para evitar que estos diamantes de sangre lleguen a las joyerías y terminen reluciendo en el anillo de compromiso de alguna adolescente rica de Beverly Hills. Los chocolates que tantos ingresos le dan a Austria y Suiza provienen en su mayoría de plantaciones de Malí y Costa de Marfil, en las cuales el cacao es cosechado por niños que viven en condiciones de esclavitud. Esclavitud en el sentido literal y más crudo de la palabra. Mira alrededor de tu cuarto y busca tu teléfono celular. Existe una inmensa posibilidad de que el tántalo –un elemento metálico raro y escaso- con el que fue fabricada la batería de tu celular provenga de alguna mina de coltan –aleación de columnita y talantita de la cual posteriormente se extrae el tántalo en su forma pura- ubicada en el Congo, que cuenta con las reservas más grandes de este mineral en el planeta. . El comercio del coltan es hasta el día de hoy motivo de guerras civiles sangrientas en la región y las condiciones en las que los trabajadores de dichas minas extraen el mineral es inhumano. La lista es interminable.
De esta forma, es fácil darse cuenta que la actual situación de desastre en la cual se encuentra inmersa la población del continente africano es cualquier cosa menos una casualidad. Es el resultado directo de la depredación voraz y despiadada que Europa y los Estados Unidos de América han perpetrado ininterrumpidamente en el curso de casi cinco siglos.
La solución al problema africano es compleja y es una tarea titánica. Respeto a cualquiera que se interese en el tema y lo ponga sobre la mesa. Es mejor que el silencio y la indiferencia. Sin embargo, algunas de las campañas actuales que hablan del problema (Como Make Poverty History), si bien cumplen con la valiosa tarea de poner frente a los ojos de la gente una verdad incómoda, no proponen soluciones reales al problema de África. Un concierto de rock no va a terminar con la pobreza de África. La caridad del primer mundo no va a terminar con la pobreza de África.
El problema es enorme y requiere medidas extraordinarias. Requiere replantear las políticas económicas que nos rigen. Hacerlas mas justas y más humanas. Se requiere una distribución justa de la riqueza del mundo. Se requiere que el capitalismo voraz de las grandes corporaciones transnacionales del primer mundo sea sustituido por políticas económicas justas que le permitan a los países pobres competir en igualdad de condiciones –y no como simple mano de obra barata- en el mercado mundial, con el fin de que puedan desarrollar economías sustentables y valerse por sí mismos.
África no necesita caridad, necesita justicia.
El problema es gigantesco y la solución no se encuentra ni a corto ni a mediano plazo. Pero es urgente dar el primer paso. No solo por los africanos sino por todos y cado uno de los seres humanos que viven en la pobreza.

Sunday, October 26, 2008

una plegaria



And so even though we face the difficulties of today and tomorrow, I still have a dream. It is a dream deeply rooted in the American dream.
I have a dream that one day this nation will rise up and live out the true meaning of its creed: "We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal."
I have a dream that one day on the red hills of Georgia, the sons of former slaves and the sons of former slave owners will be able to sit down together at the table of brotherhood.
I have a dream that one day even the state of Mississippi, a state sweltering with the heat of injustice, sweltering with the heat of oppression, will be transformed into an oasis of freedom and justice.
I have a dream that my four little children will one day live in a nation where they will not be judged by the color of their skin but by the content of their character.
I have a dream today!
I have a dream that one day, down in Alabama, with its vicious racists, with its governor having his lips dripping with the words of "interposition" and "nullification" -- one day right there in Alabama little black boys and black girls will be able to join hands with little white boys and white girls as sisters and brothers.
I have a dream today!
I have a dream that one day every valley shall be exalted, and every hill and mountain shall be made low, the rough places will be made plain, and the crooked places will be made straight; "and the glory of the Lord shall be revealed and all flesh shall see it together."²
This is our hope, and this is the faith that I go back to the South with.
With this faith, we will be able to hew out of the mountain of despair a stone of hope. With this faith, we will be able to transform the jangling discords of our nation into a beautiful symphony of brotherhood. With this faith, we will be able to work together, to pray together, to struggle together, to go to jail together, to stand up for freedom together, knowing that we will be free one day.
And this will be the day -- this will be the day when all of God's children will be able to sing with new meaning:
My country 'tis of thee, sweet land of liberty, of thee I sing.
Land where my fathers died, land of the Pilgrim's pride,
From every mountainside, let freedom ring!
And if America is to be a great nation, this must become true.

And so let freedom ring from the prodigious hilltops of New Hampshire.
Let freedom ring from the mighty mountains of New York.
Let freedom ring from the heightening Alleghenies of Pennsylvania.
Let freedom ring from the snow-capped Rockies of Colorado.
Let freedom ring from the curvaceous slopes of California.
But not only that:
Let freedom ring from Stone Mountain of Georgia.
Let freedom ring from Lookout Mountain of Tennessee.
Let freedom ring from every hill and molehill of Mississippi.
From every mountainside, let freedom ring.
And when this happens, when we allow freedom ring, when we let it ring from every village and every hamlet, from every state and every city, we will be able to speed up that day when all of God's children, black men and white men, Jews and Gentiles, Protestants and Catholics, will be able to join hands and sing in the words of the old Negro spiritual:
Free at last! Free at last!
Thank God Almighty, we are free at last!
Amén

Saturday, October 25, 2008

Ninfábula #1


"La vida es aburrida y fútil. Empezamos con grandes esperanzas y después nos acojonamos. Nos damos cuenta de que todos vamos a morir, sin encontrar realmente las grandes respuestas. Desarrollamos todas esas ideas de largo alcance que se limitan a interpretar la realidad de nuestras vidas de distintas maneras, sin extender nuestro cuerpo de conocimientos que realmente merecen la pena sobre las grandes cosas, las cosas reales. Básicamente, vivimos una vida corta y decepcionante; y a continuación morimos. Llenamos nuestras vidas de mierda, de cosas como carreras y relaciones para convencernos a nosotros mismos de que no carece todo de sentido. La heroína es una droga honesta, porque te arranca esas ilusiones. Con la heroína cuando te sientes bien, te sientes inmortal. Cuando te sientes mal, intensifica la mierda que ya esta ahí. Es la única droga realmente honesta. No altera tu estado de conciencia. Sólo te da un colocón y una sensación de bienestar. Tras eso, ves la miseria del mundo tal cual es, y no puedes anestesiarte contra ella."


Extracto de Trainspotting

- Irvine Welsh -

Friday, October 10, 2008

de la libertad de expresión como realidad en los discursos e ilusión en la práctica


*

Sobre la libertad de expresión en la actualidad

La libertad de expresión en estos tiempos es en gran medida una ilusión. Sin duda se ha ganado mucho terreno en este campo y una prueba bastante convincente es que alguien en Argentina, Colombia o España pueda leer lo que en estos momentos escribo con solo dar un click en el mouse, y que yo pueda leer las opíniones y escritos de cualquier persona que deje un comentario en una de mis entradas con solo visualizar su perfil.

Creo que la expansión global de opiniones a través de internet es un gran logro. Sin embargo, en otros campos creo que no ha habido ningún progreso y en ocasiones ha habido retrocesos.

Justo el día en que publiqué mi último post, referente al aniversario 40 de la masacre de Tlatelolco, el presidente de mi país otorgó el premio nacional de la juventud a jovenes destacados en diversos ámbitos. Uno de los galardonados fue Andrés Leonardo Gómez Emilsson. Después de recibir su galardón de manos del presidente le gritó "espurio" desde las gradas. Dicho calificativo ha sido usado en múltiples ocasiones por el candidato de izquierda que fue derrotado en las pasadas elecciones, Andrés Manuel López Obrador. No discutiré aqui si la expresión de Andrés Gómez fue a titulo personal o forma parte de la protesta que hasta la fecha sigue encabezando López Obrador, referente a la transparencia y confiabilidad de los comicios electorales que le dieron la victoria al candidato de derecha y muy a mi pesar, actual presidente de México, Felipe Calderón. Creo que eso es lo de menos. El hecho es que en el preciso momento en el que el presidente pronunciaba un discurso en el cual elogiaba los logros democráticos y la libertad de expresión de los cuales supuestamente goza mi país, Andrés Gómez y otros estudiantes lo interrumpieron a gritos. Cuando Calderón hablaba de libertad de expresión uno de ellos grito "¿Libertad? ¿Cual libertad?"

Si alguna duda había de la veracidad de dicha protesta, el estado mayor presidencial se encargó de despejarla. Con esa eficacia que tanto les caracteriza, agentes de seguridad de Calderón se encargaron de sacar del recinto a los jovenes.

La relevancia de este episodio no estriba en la importancia o trascendencia que este vaya a tener en el futuro. Su importancia radica en ejemplificar a pequeña escala la realidad que vive no solo mi país sino el resto de America Latina y otros países. La libertad de expresión es un término que encaja de maravilla en los discursos políticos, pero a la hora en que es puesta a prueba la cosa cambia. Resulta rídiculo que en el mismo momento en que Calderón hablaba de la plena libertad de expresión de nuestra sociedad sus agentes de seguridad sacaran del salón a alguién precisamente por hacer uso de esa misma libertad.

Resulta cómodo hablar de libertad de expresión cuando nadie esta poniéndola a prueba.
Dicho de otra forma, la libertad de expresión parece ser en estos tiempos el sagrado derecho que tiene el pueblo de opinar lo que le de la gana en la teoría, siempre y cuando no se le ocurra expresarlo en la práctica.

La libertad de expresión es un derecho que se encuentra en constante peligro de desaparecer si no se hace uso de el. Y en estos tiempos, son muy pocos los que estan haciendo uso de su derecho a la libertad de expresión al protestar en materias importantes.

Como en todas las épocas y lugares, existen periodistas, escritores, intelectuales, estudiantes y ciudadanos en general que protestan y hacen uso de su libertad de expresión. Pero creo que en la actualidad estos constituyen una minoría. La inmensa mayoría de la población no hace uso de la palabra. Se encuentra en silencio. Y una población que no opina ni se informa no existe. Es solo un rebaño apacentado a placer por políticos corruptos y monstruos corporativos internacionales. Los primeros les dictan las ordenes y los segundos les saquean los bolsillos y los convierten en mano de obra barata.

A ningún político en el poder le conviene un pueblo que haga uso de la libertad de expresión. Esto no es algo nuevo. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo. La obligación de mantener vivo el vital derecho a la libertad de expresión le corresponde al pueblo. Si éste no hace uso de su libertad de expresión la irá perdiendo gradualmente, de una forma tan sutil que solo se percatará de su importancia cuando la haya perdido por completo.

El incidente al cual me referí es solo un pequeño caso local que sirve para ejemplificar una realidad global. No vivimos en una época de mayor libertad de expresión. Simplemente vivimos en una época caracterizada por una profunda apatía política y desinformación de la gran mayoría de la población que propicia que a los políticos les resulte más fácil engañar a sus pueblos haciendoles creer que dicha libertad de expresión existe.

No pretendo que mi opinión resulte radical. No niego que exista libertad de expresión en nuestras sociedades. Lo que pongo seriamente en duda es que esa libertad sea hoy más amplia que en el pasado o que se este progresando en este campo. De hecho creo que estamos retrocediendo.


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Sobre el libre mercado

Los problemas mas graves que enfrenta el mundo en el siglo XXI son complejos: el capitalismo voraz -representado en su espectro mas visible por las grandes compañías transnacionales- que hoy más que nunca esta contribuyendo a crear un mundo con una inmensa mayoría de la población viviendo en condiciones de pobreza atroces por un lado, y una minoría ridícula en contraste numérico, amasando una riqueza obscena por el otro. La diferencia entre ricos y pobres es en la actualidad mas grande que nunca, tanto cualitativa como cuantitativamente. Y la brecha no deja de crecer.

En su libro, 13.99 euros, -una novela que constituye un verdadero manifiesto feroz en contra del mundo de la publicidad- Frederic Beigbeder se refiere al marketing como una perversión de la democracia. En una adición personal, yo ampliaría esa definición no sólo a la publicidad -que no deja de ser un instrumento al servicio de un poder mayor- sino a las compañías que hacen uso de ella (las grandes corporaciones transnacionales) y a las reglas del juego que les han permitido amasar sus increíbles fortunas (El libre mercado llevado hasta su extremo: el Neoliberalismo)

¿La democracia va necesariamente de la mano del libre mercado? ¿Si es así porque el libre mercado hace tan poco por fortalecer a la democracia? ¿Porque entonces el libre mercado resulta más fácil de implantar en una sociedad justamente cuando esta se encuentra pasando por crisis económicas o inestabilidad política?

Un sistema económico que produce unos cuantos multimillonarios a costa de millones de pobres no puede ser democrático. Y eso es justamente lo que esta haciendo el capitalismo neoliberal de la actualidad. El comunismo sonaba bien en el papel, pero en la práctica resultó un fracaso estrepitoso que produjo un estado burocrático y totalitario con la inmensa mayoría de su población sumida en la pobreza y la represión. ¿Si podemos ver esa realidad y tratar de aprender de los errores cuanto tiempo más pasará antés de que aceptemos que la mano invisible de Adam Smith jamás se pondrá al servicio de los pobres?


***

¿Realmente hemos superado los problemas del pasado? ¿Realmente hemos dejado atrás nuestros viejos y eternos prejuicios? ¿Alguien se atrevería a decir que el racismo, la homofobia, la xenofobia y otros males parecidos han desaparecido en la actualidad?

¿Vivimos hoy en un mundo más justo?

No lo creo, como no creo que nuestras sociedades actuales esten fortaleciendo sus democracias o gocen de una mayor libertad de expresión que en el pasado.

Creo que una población desinformada que cree erroneamente disfrutar de una mayor libertad de expresión que en el pasado, simplemente porque eso es lo que le repiten constantemente sus políticos, resulta un escenario más peligroso que una población reprimida que por lo menos lucha por remediar su situación. Al final de cuentas, ambas sociedades se encuentran reprimidas. La diferencia estriba únicamente en que una lo sabe y la otra no.

Thursday, October 02, 2008

2 de Octubre de 1968, Plaza de las Tres Culturas, Ciudad de México


10 días antes de que dieran inicio las olimpiadas de 1968 en la Ciudad de México -solo 10 días antes- una multitud de estudiantes se dirigía a un mitin de protesta pacífico a celebrarse en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada dentro del complejo de edificios de Tlatelolco.

Pocos de ellos le prestaron atención a los agentes militares de civil con la mano enfundada en un guante blanco que rondaban por la plaza -el tristemente célebre "Batallon Olimpia"- y por los techos de los edificios. Pocos advirtieron los tanques bloqueando los escasos accesos a la plaza. En el momento en que un helicoptero militar comenzó a sobrevolar el lugar, ninguno de ellos sabía que la plaza estaba sitiada y se había convertido en unos minutos en una trampa mortal.

Una bengala verde, disparada desde el helicoptero, era la señal convenida por los asesinos. A partir de ahí y hasta la mañana del día siguiente, Tlatelolco se convirtió en un infierno. El Batallon Olimpia abrió fuego contra la multitud y disparó a todo aquello que se moviera. Los francotiradores en los techos tenían a su merced a una multitud desarmada que en vano intentaba encontrar una vía de salida.

Pero no había niguna. En un ejemplo glorioso de estrategia militar, el ejercito mexicano había cerrado todas las salidas de la plaza y los accesos a los edificios de departamentos. Que valentía de estos soldados. Imaginen el coraje que se necesita para disparar desde un techo a una multitud de estudiantes desarmados. Los que aún viven deben estar tan orgullosos.

Los que no murieron aquel día fueron transportados en camiones a campos militares. Algunos fueron liberados. De otros no se volvió a saber.

A la mañana siguiente, en México no había pasado nada. La prensa oficial, comprada por el gobierno, no dedicaba una línea a la masacre. Los pocos medios que se atrevieron a tocar el asunto narraban tímidas crónicas y arrojaban aún más tímidas cifras sobre el número de estudiantes asesinados.

El número exacto no se sabrá nunca. Las especulaciones actuales mas cercanas situan la cifran en un número no menor de 300 muertos. Algunos elevan la cifra hasta 500.

No hay que olvidar que a la cifra de caídos en la plaza habría que sumarle los desaparecidos por el ejercito mexicano. Todos aquellos que subieron a los camiones del ejercito y de quienes no se volvió a saber nada.

Gustavo Diaz Ordaz -Presidente de México en turno- dijo que los muertos fueron 20.

Hoy es 2 de octubre. Hoy hace 40 años se perpetraba la masacre de Tlatelolco. Como cada año la Ciudad se desquiciará con las diversas marchas que bloquearán las principales avenidas. Como cada año se repetirá la misma vieja consigna: "2 de octubre, no se olvida".

Pero lo cierto es que los criminales que gestaron la masacre jamás fueron llevados ante un tribunal. La gran mayoría deben estar -felizmente- muertos a estas alturas.

Sólo nos queda recordar a los muertos y repudiar a los asesinos.
Si de verdad existe algo llamado "deber cívico", éste no consiste en plantarse ante un desfile militar, saludar y cantar las estrofas del himno nacional. Sobra decir que no se esta cumpliendo ningún deber cívico acudiendo a la plaza del Zócalo cada 15 de septiembre a embriagarse y ponerse en rídiculo gritando consignas estúpidas.
Si es un deber cívico en cambio, conocer nuestra historia y aprender de ella.
Cualquiera que viva en este país esta moralmente obligado a leer "La Noche de Tlatelolco" de Elena poniatowska, por ejemplo.
Oriana Fallaci, la legendaria periodista italiana, estuvo presente en Tlatelolco aquella tarde. He aqui lo que dijo a los medios el siguiente día:
No, no voy a dar ninguna entrevista, ninguna, no después de lo que me pasó; me han disparado, me han robado mi reloj, me dejaron desangrarme ahí en el suelo del Chihuahua, me negaron el derecho a llamar a mi embajada... Quiero que la delegación italiana se retire de los Juegos Olimpicos; es lo menos que pueden hacer. Mi asunto va a ir al Parlamento, el mundo entero se va a enterar de lo que pasa en México, de la clase de democracia que impera en este país, el mundo entero. ¡Qué salvajada! Yo he estado en Vietnam y puedo asegurar que en Vietnam durante los tiroteos y los bombardeos (también en Vietnam señalan los sitios que se van a bombardear con luces de bengala) hay barricadas, refugios, trincheras, agujeros, qué sé yo, a donde correr a guarecerse. Aquí no hay la más remota posibilidad de escape. Al contrario. Yo estaba tirada boca abajo en el suelo y cuando quise cubrir mi cabeza con mi bolsa para protegerme de las esquirlas un policía apuntó el cañon de su pistola a unos centímetros de mi cabeza: “No se mueva.” Yo veía las balas incrustarse en el piso de la terraza a mi alrededor. También vi cómo la policía arrastraba de los cabellos a estudiantes y a jóvenes y los arrestaban. Vi a muchos heridos, mucha sangre, hasta que me hirieron a mí y permanecí tirada en un charco de mi propia sangre durante cuarenta y cinco minutos. Un estudiante junto a mí repetía: “Valor Oriana, valor.” La policía jamás atendió a mi petición: “Avísenle a mi embajada, avísenle a mi embajada.” Todos se negaron hasta que una mujer me dijo: “Yo voy a hacerlo.”
He llamado a mi hermana que sale hoy en avión, he llamado a Londres, a Paris, a Nueva York, a Roma. Hoy en la mañana cuando me llevaron a rayos X unos periodistas me preguntaron qué hacía en Tlatelolco: ¿Qué hacía, Dios mío? Mi trabajo. Soy una periodista profesional. Tuve contacto con los líderes del Consejo Nacional de Huelga porque el Movimiento es lo más interesante que sucede ahora en su país. Los estudiantes me hablaron el viernes a mi hotel y me dijeron que habría un gran mitin en la Plaza de las Tres Culturas el miércoles 2 de octubre a las cinco de la tarde. Como no conocía la Plaza y sé que es un centro arqueológico pensé combinar las dos cosas. Por eso fui. Desde que llegué a México me llamó la atención la lucha de los estudiantes contra la represión policiaca. Me asombran también las noticias en sus periódicos. ¡Qué malos son sus periódicos, qué timoratos, qué poca capacidad de indignación! ¡Qué Olimpiadas ni qué nada! Apenas me den de alta en este hospital, me largo.
He aqui más testimonios:

Wednesday, October 01, 2008

solo existe algo peor que un asesino...


Ayer, circulando por las interminables calles de mi apocalíptica y querida ciudad, tuve la oportunidad de ver un camión de pasajeros con una gran inscripción en letras rosas: "Atenea, transporte exclusivo para mujeres".

Resulta deprimente que tengamos que llegar al extremo de separar a las mujeres del transporte regular por las constantes agresiones y ofensas de las que son víctimas por parte de los hombres.

La solución no es separar a las mujeres en los autobuses o confinarles vagones del metro para su uso exclusivo. La solución es terminar de una vez por todas con la ignorancia y estupidez de los hombres que insisten en agreder a las mujeres en la vía pública o en el ámbito doméstico. Lo mismo puede decirse con respecto a las penas que se le imputan a los violadores. La solución no es aumentar las penas hasta el límite de pedir la muerte del infractor. La solución es la educación. Lo que debemos tratar de evitar es que aparezcan violadores. No aumentar el castigo de los que aparecen.

No me malentiendan. Tengo mis razones para no creer en la pena de muerte, pero la violación es un asunto particularmente repulsivo para mí. Creo que es el peor acto que puede cometer un hombre y en mi opinión es aún más despreciable que el asesinato. Un violador es para mí la especie mas digna de desprecio y asco de todas las que habitan nuestro vasto zoológico humano. Tomando en cuenta la inmensa oferta que éste ofrece en ese campo, decir eso no es poco para mí.

Pero de poco sirve castigar al violador cuando este ya ha perpetrado su crimen y arruinado la vida de su víctima. Lo que debemos evitar por todos los medios es que se formen nuevas generaciones de hombres ignorantes que sean capaces de cometer violaciones en el futuro. Para cualquier persona medianamente educada y racional, la violación resulta un acto criminal y abominable.

En esta tarea comparten responsabilidad los dos géneros. Resulta más evidente en el hombre por supuesto, pero las mujeres también deben superar ciertos prejuicios e ideas estúpidas, como ese argumento imbécil y tan tristemente extendido que dice que las mujeres violadas no son víctimas sino culpables (¡¿?!) de su suerte por "provocar" a los hombres al vestirse de forma llamativa. Esta clase de estupideces propicia que los violadores permanezcan impunes e incluso racionalicen y justifiquen -aunque solo sea ante sus propia conciencia- sus acciones. Conozco a mujeres que defienden esta idea. Mujeres. Por razones de etiqueta y buenos modales he preferido evitar discusiones inútiles con ellas, tomando en cuenta que sería imposible hacer entrar en razón a una mujer tan increíblemente estúpida como para sostener una idea que sabotea su género y pisotea su propia dignidad.

Aqui debo dejar clara mi opinión: La mujer es libre de vestirse como le venga en gana. Y tiene el derecho de ser respetada en todo momento y lugar. El hombre que agrede, ofende o viola a una mujer es el único culpable de la acción. Responsabilizar a la mujer por ser víctima de una agresión o una violación equivale a culparla de la estupidez, ignorancia y maldad de su agresor, y esa es una idea incontrovertiblemente imbécil. ¿Existe de verdad alguien que se atreva a sostener esa aberración?

no eres un objetivo de mercado


He aquí una breve proposición para intentar ser feliz en el siglo XXI.

Comienza por renunciar a todo. Renuncia a tus posesiones materiales. Renuncia al deseo de comprar algo que no necesitas. Renuncia al deseo de ser algo que no eres y en lo que no podrías convertirte aún si quisieras. Renuncia a querer ser lo que los publicistas quieren que seas. Renuncia a ser un objetivo de mercado.

No necesitas un Rolex para saber la hora. No necesitas acelerar de 0 a 100 kilometros por hora en menos de 7 segundos. No necesitas un nombre italiano en el frente de la ropa que vistes. La ropa sirve para protegerte del frío. No para definir quien eres. No necesitas oler a loción. No necesitas tener una diferente fragancia para cada ocasión, para cada temporada del año, para cada momento del día. No necesitas asientos de piel. No necesitas el último gadget.

No eres lo que vistes. No eres lo que compras. No eres lo que deseas.

No eres el contenido de tu cartera. No eres tus tarjetas de credito ni tu cuenta en el banco. Cada vez que entras a un centro comercial y compras alguna porquería de moda estas siendo predecible. Estas haciendo exactamente lo que los publicistas esperan que hagas.

Las marcas no significan nada. Memoriza bien estos nombres: Hugo Boss, Armani, Versacce, Tommy Hilfigher, GAP, Mossimo, Ray Ban, Gucci, Louis Vuitton, Rolex, Omega, Mac, Apple, BMW, Mercedes Benz, VW, Converse, Nike, Adidas, Motorola, Coca Cola, Nokia, McDonald´s, Starbucks, Benetton, Dolce & Gabanna, DKNY, Mont Blanc...

Memoriza bien esa lista y después olvidala para siempre. Nada pasará si lo haces.

Nada material perdura. No eres lo que posees. Una sociedad que te juzga por lo que posees esta corrompida y envenenada.

No sepultes tu espiritú dentro de un traje Armani.

Renuncia a ser un objetivo de mercado. Tu eres más que eso. Puedes ser mucho más que una decima en el porcentaje anual de ganacias de una corporación transnacional.

No eres lo que los demás piensan de tí. Eres lo que piensas. Eso y nada más.

Sunday, September 07, 2008

traficantes de fe


El sacerdote representa para mí la suma de todo en lo que no creo. Es la síntesis perfecta de todo lo que una persona no debería ser. Esta es mi opinión personal por supuesto, y todos aquellos que creen exactamente lo contrario deben tener sus razones para pensar de la forma en que lo hacen.
Por mi parte, tengo muy claras las razones por las cuales no puedo estar treinta metros a la redonda de un sacerdote sin sentir la necesidad de salir huyendo.
El sacerdote es un traficante. El único producto con que cuenta para traficar y ganarse la vida es esa suma de ignorancia, miedo y superstición al que el gusta llamar fé. Vive a base de limosnas porque no produce nada útil. No le queda otro remedio.
Los traficantes de la fe se aprovechan impúdicamente de la ignorancia y de la miseria de las demás personas. Allí en donde cunde la ignorancia, el sacerdote es rey. ¿Qué hicieron los sacerdotes para merecerse el respeto y reverencia de sus feligreses? ¿No sentirán vergüenza y asco por su persona cuando la gente más pobre y desesperada se acerca a ellos depositando toda su confianza (Y dinero) en sus manos? ¿No se despreciarán muy en sus adentros cuando la gente les besa los anillos a modo de saludo?
Se llaman a sí mismos los representantes de un hombre que predicaba la humildad, sin embargo aprovechan la más mínima oportunidad para explotar la desesperación de sus creyentes. Saquean sin distinción los bolsillos de los más ricos y los más pobres. Se mueven desvergonzadamente en todos los círculos sociales, predicando la supuesta palabra de Dios, que no es otra cosa que un compendio de dogmas, mentiras y prejuicios que se han ido pasando a través de la historia de la humanidad de una generación a otra desde tiempos inmemoriales.
Creen ser personas cultas e intelectualmente superiores porque para llegar a ser sacerdotes deben estudiar teología por muchos años. Por más que lo pienso, no puedo comprender como es posible consagrar tantos y tantos años de la vida al estudio de la nada. Jamás he abierto un libro de teología. Ni siquiera por curiosidad.
El miedo es la principal arma del sacerdote. La ignorancia su mejor aliada. Allí en donde florece la cultura, el conocimiento y la ciencia, el sacerdote se muere de hambre. Es por esta razón que el sacerdote necesita utilizar todos los medios posibles e imaginables que tenga a su alcance para mantener a la gente desinformada, ignorante y alejada del conocimiento. El sacerdote aborrece la ciencia. Sabe que la ciencia puede hacer polvo sus “argumentos” en un abrir y cerrar de ojos. El sacerdote no sustenta sus discusiones con argumentos racionales sino con dogmas falsos frecuentemente irracionales. No educa. En su lugar predica. No produce conocimiento nuevo, sino que echa mano de ignorancia del pasado y obstaculiza por todos los medios la generación de conocimiento nuevo.
El sacerdote, ese traficante despreciable de la fe y explotador de la miseria y de la soledad humana, se gana la vida a base de un método muy simple que funciona a base de una amenaza y una promesa, ambas igualmente falsas. Por un lado infunde el miedo y el terror entre sus creyentes amenazándolos con el fuego eterno de un infierno inexistente. Por el otro les promete la vida eterna y la entrada a la gloria de un cielo igualmente inexistente. Es a base de este mecanismo tan primitivo y simple como ha podido subsistir desde el inicio de los tiempos. La sobrevivencia de los sacerdotes y la reverencia y protección que una sociedad les otorga es un fiel reflejo del retraso cultural y la ignorancia en la cual se encuentra sumida dicha sociedad. Mi país es un triste paradigma de esa afirmación.

Friday, August 29, 2008

Have you ever feel down?


En la decada de los 90 un músico ingles genial llamado Richard Ashcroft escuchó un viejo y olvidado disco de partituras inspirado en música de los Rolling Stones. Agregó letras a la pieza inspirada en "The Last Time" y creó una de las canciones mas memorables de todos los tiempos. No es necesario mencionar a que canción me refiero.


'Cause it's a bittersweet symphony this life

Trying to make ends meet, you're a slave to the money then you die

I'll take you down the only road I've ever been down

You know the one that takes you to the places where all the veins meet, yeah

No change, I can't change, I can't change, I can't change, but I'm here in my mold , I am here in my mold

But I'm a million different people from one day to the next

I can't change my mold, no, no, no, no, no

Well, I've never prayed,

But tonight I'm on my knees, yeah

I need to hear some sounds that recognize the pain in me, yeah I let the melody shine, let it cleanse my mind ,

I feel free now But the airwaves are clean and there's nobody singing to me now

No change, I can't change, I can't change, I can't change, but I'm here in my mold , I am here with my mold

And I'm a million different people from one day to the next

I can't change my mold, no, no, no, no, no(Well have you ever been down?) (I can't change, I can't change...)(Ooooohhhhh...)

'Cause it's a bittersweet symphony this life

Trying to make ends meet, trying to find some money then you die

I'll take you down the only road

I've ever been down

You know the one that takes you to the places where all the veins meet, yeah

You know I can't change, I can't change, I can't change, but I'm here in my mold, I am here in my mold

And I'm a million different people from one day to the next

I can't change my mold, no,no,no,no,no

I can't change my mold, no,no,no,no,noI can't change my mold, no,no,no,no,no

(It justs sex and violence melody and silence)

(It justs sex and violence melody and silence)

(I'll take you down the only road I've ever been down)

(It justs sex and violence melody and silence)

(I'll take you down the only road I've ever been down)

(Been down)

(Ever been down)

(Ever been down)

(Lalalalalalaaaaaaaa...)

(Ever been down)

(Ever been down)

(Have you ever been down?)

(Have you ever been down?)

(Have you ever been down?)

Monday, August 18, 2008

"Estimada Iglesia Católica, Apostólica y Romana:"



"La Puta de Babilonia", libro de reciente aparición, es probablemente la crítica más violenta que he leído en contra de la Iglesia Católica. Su autor es Fernando Vallejo.

Recomendable para aquellos que quieran darse una idea de la infinita cantidad de crímenes que ha cometido la "Santa Iglesia" a lo largo de los mil ochocientos años de su dañina existencia, en este libro se narran por igual la inagotable lista de atrocidades cometidas por los Papas, como los horrores de la evangelización, la quema de brujas, la "Santa" Inquisición y los fraudes y mentiras que condujeron a la ascensión de los Papas en Roma (La Donación de Constantino)

El odio que transpira el libro es tan palpable que algunos podrán objetar que un libro tan virulento necesariamente pierde objetividad. Quizá. Pero al terminar de leerlo uno se pregunta si es posible evitar sentir asco y desprecio por una Institución que a lo largo de la historia no ha hecho otra cosa que intentar frenar por todos los medios imaginables el conocimiento humano. No se puede perdonar a una Institución que ha derramado tanta sangre.

A continuación cito el primer parrafo del libro. En el esta dicho el resto.


"LA PUTA, LA GRAN PUTA, la grandísima puta, la santurrona, la simoníaca, la inquisidora, la torturadora, la falsificadora, la asesina, la fea, la mala; la del Santo Oficio y el Índice de Libros prohibidos; la de las Cruzadas y la noche de San Bartolomé; la que saqueó Constantinopla y bañó de sangre a Jerusalén; la que exterminó a los albigenses y a los veinte mil habitantes de Beziers; la que arrasó con las culturas indígenas de América; la que quemó a Segarelli en Parma, a Juan Hus en Constanza y a Giordano Bruno en Roma; la detractora de la Ciencia, la enemiga de la verdad, la adulteradora de la historia; la perseguidora de judíos, la encendedora de hogueras, la quemadora de herejes y brujas; la estafadora de viudas, la cazadora de herencias, la vendedora de Indulgencias; la que inventó a Cristoloco el rabioso y a Pedropiedra el estulto; la que promete el reino soso de los cielos y amenaza con el fuego eterno del infierno; la que amordaza la palabra y aherroja la libertad del alma; la que reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda; la que nunca ha querido a los animales ni les ha tenido compasión; la oscurantista, la impostora, la embaucadora, la difamadora, la calumniadora, la reprimida, la represora, la mirona, la fisgona, la contumaz, la relapsa, la corrupta, la hipócrita, la parásita, la zangana; la antisemita, la esclavista, la homofóbica, la misógina; la carnivora, la carnicera, la limosnera, la tartufa, la mentirosa, la insidiosa, la traidora, la despojadora, la ladrona, la manipuladora, la depredadora, la opresora; la pérfida, la falaz, la rapaz, la felona; la aberrante, la inconsecuente, la incoherente, la absurda; la cretina, la estulta, la imbécil, la estúpida; la travestida, la mamarracha, la maricona; la autocrática, la despótica, la tiránica; la católica, la apostólica, la romana; la jesuítica, la dominica, la del Opus Dei; la concubina de Constantino y de Justiniano, de Carlomagno; la solapadora de Mussolini y de Hitler; la ramera de las rameras, la meretriz de las meretrices, la puta de Babilonia, la impune bimilenaria tiene cuentas conmigo desde mi infancia y aqui se las voy a cobrar"

la aldea global


"Es preciso que todo cambie para que todo permanezca igual"

- El Gato Pardo -

Giuseppe Lampedusa


El término "aldea global", utopía de los sociologos, es el predecible destino de la humanidad. Vivimos ya muchas de sus consecuencias. Los optimistas y los líderes de los monstruos corporativos gustan de definirla como un mundo homogeneo que sintetizará todos los espectros de la civilización humana. La fusión final de las culturas. La supuesta sublimación del espiritú colectivo. El fin de las diferencias.

Aun no se si la idea es prometedora o aterradora. Al final no importa. Todo indica que lel proceso de la globalización es inevitable y de poco sirve ponerse a reflexionar sobre sus posibles virtudes y defectos. Lo único que queda es prepararse.

Para el primer mundo, la globalización no es un proceso traumático y doloroso de imprevisibles consecuencias. No representa una ruptura o pérdida de sus valores y de su cultura, sino la imposición de sus valores al resto del mundo. Es simplememente el siguiente paso lógico en su desarrollo. Su crecimiento natural.

Para el tercer mundo en cambio, la globalización representa el advenimiento de un cisma. Es el paso a través de un proceso violento del cual predeciblemente no saldrá bien librado. La globalización no representa una oportunidad de progreso o de igualar su calidad de vida con el primer mundo, sino la aceptación final de su derrota en la carrera del capitalismo. Indiscutiblemente no tendrá el mando en la "aldea global". La aldea global no será democrática. Es bastante obvio que los dueños del capital serán los que tomen todas las decisiones. Como lo ha sido siempre. Aceptar la globalización por tanto será una condena. Será el aceptar la perpetuación eterna de la abnegación y el sometimiento. La globalización es un contrato de esclavitud.

Esta fusión de las culturas que tan maravillosamente suena en primera instancia es otro engaño. No será una fusión. No será la busqueda final, la sintesis de lo mejor de cada una en favor de un todo. Por el contrario, será una depuración. Todo aquello que no sirva a los intereses de los monstruos corporativos capitalistas será desechado. Todo lo que no produzca será desechado. Todo aquello que se desvíe de los modelos impuestos y aprobados por los dueños del capital será desechado. No puede ser de otra forma. Regirán en las culturas las mismas leyes que rigen la evolución de los seres vivos. Selección artificial. Selección social. Adaptarse o morir.

Todos están invitados a participar en la aldea global. Pero no hay duda de quien llevará el mando. Será el primer mundo el que imponga sus reglas, valores y cultura a los demás. Serán ellos los que posean el monopolio de las opiniones que cuentan. La supuesta democracia de la aldea global cumplirá con la función de aparentar que todas las voces serán escuchadas. Pero al final serán los mismos los que tomen la decisiones.

Las ricas y pintorescas culturas del tercer mundo pasarán a ocupar vitrinas bajo llave en el vasto museo del pasado. El pasado del tercer mundo no será la raiz del patio trasero que ocupen en la aldea global. Sino una abstracción tan inútil e improductiva como un cuento infantil.

La globalización es un proceso demasiado complejo y como tal puede analizarse desde múltiples enfoques. Analizar la globalización desde el enfoque económico es algo particularmente deprimente para un ciudadano del tercer mundo. La globalización económica esta impulsada por las corporaciones transnacionales del primer mundo, esos monstruos inatacables y anónimos que carecen de un rostro visible que de la cara por las terribles consecuencias de sus acciones. Las debiles economías del tercer mundo no tienen nada que hacer en contra de la depredación e infiltración de las transnacionales en sus sociedades.

La aldea global no representa ninguna esperanza ni nada nuevo para mí. Es simplemente un gigantesco WalMart de escalas planetarias en el cual los puestos del gerente y de los empleados siguen siendo ocupados por las mismas personas de siempre.

Thursday, August 14, 2008

"La verdad los hará libres"






"La verdad los
hará libres."



Juan 8:31-32



En la breve historia de este blog, esta es la primera ocasión que cito un versículo de la Biblia como una reflexión que considero verdadera y útil para el progreso humano.

La pobreza es una consecuencia de la falta de educación. La falta de educación es una consecuencia de la pobreza. De ahí que resulte tan complicado romper con el círculo vicioso de la miseria.
Con algunas contadas excepciones, en el tercer mundo, la impartición de educación de calidad no es una prioridad del gobierno. Por esta razón, no resulta una casualidad que los gobiernos de los países del tercer mundo sean frecuentemente corruptos e ineficaces, llegando en ocasiones a ser autenticas dictaduras. Para que esta clase de gobiernos prosperen es una condición absolutamente necesaria que sus pueblos se encuentren sumidos en la pobreza y en la falta de oportunidades. La ignorancia por otro lado evita que los pueblos despierten de su letargo y le exijan a sus gobiernos la legítima defensa de sus derechos.
En el momento en el que escribo estas líneas me encuentro en un remoto pueblo enclavado en la sierra del estado de Querétaro, México, haciendo mi servicio social de Medicina. Para llegar hasta donde me encuentro es preciso atravesar un largo camino de terracería a cuyos bordes se extienden grandes desfiladeros. Los 6 meses que llevo aquí me han servido para comprobar algo que todo mundo sabe: México es un país pobre y su población se encuentra tristemente sumida en una profunda ignorancia.
¿Hasta que punto es correcto inculpar al gobierno por la ignorancia de su pueblo? Sin duda, la ineficacia de su sistema educativo es en gran parte responsable. Por el otro lado, el pueblo no se encuentra exento de culpa.
Me pregunto de que forma es posible que un pueblo que se encuentra sumido en la ignorancia es capaz de progresar. Por más que lo pienso, creo que no existe forma alguna.
Me entristece observar como a la gente supuestamente alfabetizada de estas comunidades le cuesta un enorme esfuerzo escribir su propio nombre. Me entristece que no conozcan las más elementales reglas de ortografía al grado de no poder escribir correctamente ni siquiera su propio nombre.
¿Es realmente un ciudadano alguien que no sabe leer ni escribir y que para firmar un documento debe conformarse con estampar su huella digital o garabatear a duras penas una cruz? La democracia es una mera farsa cuando la inmensa mayoría de los habitantes de un pueblo no participan en las grandes decisiones del país por la simple razón de no poder comprender un texto o articular, exponer y plasmar sus ideas un papel.
Un pueblo sumido en la ignorancia no vive en democracia. Por el contrario, vive en una democracia facticia en la cual debe conformarse con seguir las órdenes de sus gobiernos y ser apacentado como un rebaño.
Me pregunto de que sirve que los niños y adolescentes de esta comunidad acudan al Kinder, la primaria y la preparatoria, si al salir de ella, la gran mayoría de los hombres emigra a los Estados Unidos a trabajar como peones de segunda clase en los campos de Florida y la gran mayoría de las mujeres se dedica de inmediato a la apremiante tarea de conseguirse un esposo a toda costa.
Me entristecen y repugnan en partes iguales los prejuicios culturales que el propio pueblo se ha impuesto por generaciones. Me asquea la actitud mediocre y derrotista que se imponen las personas de este país durante toda su vida. “Somos pobres, así ha sido siempre y así lo seguirá siendo. No hay nada que podamos hacer para cambiarlo”. “Nuestra pobreza es culpa del gobierno”. “No tiene ningún caso que las mujeres estudien. Las mujeres sirven para casarse y tener hijos ¿De que sirve que acudan a la escuela?”, “Mi señor no me da permiso de salir a la calle”, “Mi señor no quiere que salga por las tardes a caminar porque cuando llega no hay tortillas en el comal”, “No voy a entrar a la secundaria. ¿Para que? La escuela me aburre”.
¿Cómo es posible entonces evitar que el gobierno de un pueblo con esta mentalidad se caracterice por ser corrupto e ineficaz? ¿Cómo evitar entonces que el gobierno se convierta en el albergue de burócratas ineptos, demagogos , ladrones e imbéciles?
A lo largo de la historia, los grandes avances de la humanidad han sido impulsados, con contadas excepciones, desde los núcleos intelectuales de la sociedad. Es decir, desde las universidades, las academias científicas y los centros de debate e intercambio de ideas.
Un pueblo ignorante que carece de aspiraciones y desprecia la educación y la cultura esta condenado a continuar eternamente en la pobreza.

Friday, August 08, 2008

la sabiduría de Maquiavelo



“Política: Conflicto de intereses disfrazado de lucha de
principios.”

- Diccionario del Diablo -
Ambrose
Bierce

“La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y
el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros”
"La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos"
Louis Dumur
Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas.

"El Príncipe"
-Maquiavelo -
*


Hasta el día de hoy, la Biblia de todo político que se precie de conocer bien su profesión sigue siendo un texto italiano publicado en 1513 titulado “El Principe”. Dicho libro es una obra maestra del intelecto humano y su autoría corresponde a Nicolás Maquiavelo. Desde el momento de su publicación y aún hasta nuestros días el libro goza de mala fama y un aura oscura, al grado de haber sido necesario el acuñamiento de un adjetivo propio para describir lo que el texto representa. El término “maquiavélico” sigue siendo hasta nuestros días un sinónimo para designar la falta absoluta de escrúpulos en el ejercicio del poder. Uno de los conceptos más influyentes del libro y probablemente el más arraigado en la conciencia colectiva es aquel que dice que el fin justifica todos los medios.
Sin embargo Maquiavelo no fue un ser oscuro y perverso, y no es el creador de una ideología propia. Lo único que hizo fue plasmar sin adornos el funcionamiento del poder, usando como inspiración su amplia experiencia como consejero en las diferentes cortes del convulso panorama político de las ciudades estado italianas del siglo XV. Su libro esta dedicado a Cesar Borgia, uno de los más recordados personajes que nos legó esa época.
Borgia, al igual que su hermana Lucrecia y su padre, el Papa Alejandro VI, goza actualmente de una mala fama, en su mayor parte bien merecida, y se le suele usar como un perfecto ejemplo del político desalmado y carente de escrúpulos que es capaz de mentir, sobornar, destruir y asesinar a cualquier adversario político que ose interponerse en su camino con el fin de mantener su poder.
El escándalo que causó el libro es bastante comprensible. Maquiavelo dijo en repetidas ocasiones que su texto no pretendía ser en absoluto una guía de moral sino un compendio de métodos y consejos para aquel político que deseara obtener y conservar el poder. No fue un hombre siniestro sino un brillante observador de la realidad con el suficiente valor e inteligencia para plasmar por primera vez los verdaderos mecanismos del poder.
Hasta antes de Maquiavelo aún se creía ingenuamente que el ejercicio de la política y la función publica iban inextricablemente unidas a la defensa de elevados ideales morales. Maquiavelo le abrió los ojos al mundo al refutar esa falsa concepción de la política. Aquel político que aspirarara a llegar al poder y mantenerlo debía ser inteligente, frío, calculador y debía estar preparado para mentirle al pueblo, traicionar a sus amigos y destruir por todos los medios –llegando incluso al extremo del asesinato- a sus adversarios. Maquiavelo le designó a este modelo de político ideal su propio término: “Príncipe”.
Libros van, libros vienen. Ideologías van, ideologías vienen. Pero la obra de Maquiavelo es inmune al paso del tiempo y sigue conservando intacta la misma vigencia y validez que tenía el día que se publicó.
La política no es tierra fértil para elevados principios morales. Por el contrario, es el terreno en el cual algunas de las mas bajas y repugnantes facetas del ser humano salen a flote. No puede ser de otra forma. La política consiste básicamente en el arte de obtener el poder. Para obtenerlo, el ser humano es capaz de cualquier cosa imaginable. Para justificar toda la inmundicia y pestilencia que emanan del ejercicio de la política es preciso disfrazarla de una elevada lucha de ideales y principios que tienen como único fin obtener el bienestar del pueblo. En la realidad, el poder corrompe al político a grados inimaginables, y toda esta palabrería vacía es solo un intento desesperado por ocultarle al pueblo las injustificables acciones en las que continuamente esta incurriendo.
La política de mi país por ejemplo, y para decirlo en términos simples, es en esencia una cloaca. El albergue de algunos de los más despreciables hombres y mujeres que caminan por nuestras calles.
Por un breve periodo de tiempo me entusiasmo la política. De cuando en cuando aparecen líderes políticos que parecen ser la excepción a la regla. Pero después de una decepción tras otra mi concepción de la política y de aquellos que la ejercen descendió hasta el lodo. Actualmente me considero apolítico y no me interesa nada que tenga que ver con ella. Esta actitud sin embargo no es sensata ni útil y es incluso peligrosa.
Es necesario separar los ideales de la realidad. Una cosa es decepcionarse por el estado actual de las cosas y estar concientes de que la política es en esencia el albergue de delincuentes legalizados. Otra muy diferente es atacar al sistema que tristemente los alberga y del que estos traidores se nutren y aprovechan, que es la democracia, uno de los más grandes triunfos del intelecto humano.
Yo creo sin reservas en la democracia. Creo que, si bien no es perfecta, es sin duda el mejor de los sistemas de gobierno con los que contamos.
Tristemente, la democracia en su concepción ideal parece estar destinada siempre a ser obstaculizada por la estupidez, la maldad y la corrupción inherentes al ser humano. El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo que es lo que idealmente debería ser, termina siendo casi invariablemente el gobierno de unos cuantos maleantes que en vez de servir al pueblo que los colocó en donde están –en el supuesto de que los comicios electorales que ganaron hayan estado exentos de corrupción, cosa que también suele ser rara- se sirven de él en beneficio de sus intereses. En la práctica es el gobierno de unos cuantos a costa del pueblo.
De entre todas las cosas repugnantes en las que incurren los políticos, entre las que se cuentan el enriquecimiento ilícito a costa del erario público, el tráfico de influencias, la prepotencia, la impunidad o la sarta de promesas vacías y mentiras que le dicen al pueblo, especialmente en tiempos electorales, la peor de todas a mi manera de ver las cosas, es minar la confianza de la gente en las instituciones democráticas mediante el ejemplo de sus acciones.
La democracia es frágil. El ejemplo de una sola manzana podrida puede provocar que una persona pierda la confianza en ella. Sin embargo, aquel que duda de la democracia por el ejemplo de un ser humano corrompido esta incurriendo en un error. La democracia es un gran triunfo y debe ser defendida a toda costa. Sin ella nos encontramos a la deriva y a merced de la aparición de todos esos sistemas políticos aberrantes del pasado que pueden reaparecer de nuevo en un abrir y cerrar de ojos. Ahí en donde la gente despreció a la democracia fue en donde pudieron florecer el régimen totalitario de la desaparecida Unión Soviética, el fascismo italiano o el Nacional Socialismo alemán del siglo XX.
La apatía política que caracteriza a la generación joven actual es perfectamente explicable pero no es justificable y es peligrosa. Permite que los gobiernos ineficaces y corruptos permanezcan tranquilamente en la impunidad, robando y enriqueciéndose a costa de la pobreza de su pueblo. En el peor de los casos, la apatía política es también la condición que permite que la democracia se debilite lenta y gradualmente, hasta el grado de desaparecer y ser suplantada por regímenes aberrantes. Los historiadores de Europa saben perfectamente que la apatía política que Alemania arrastró durante siglos fue lo que eventualmente produjo la ascensión de Hitler.
La democracia es frágil. Se obtiene a costa de enormes esfuerzos y se pierde en un instante. Y una vez que se pierde puede abandonarnos para siempre. De ahí por ejemplo que la actual situación política de Europa sea tan peligrosa y delicada.
Es necesario mantenerse informados. Solo así podemos castigar la corrupción y exigirle a los políticos que cumplan con el trabajo que la democracia les exige. De otra forma la supuesta democracia en la cual vivimos no dejar de ser más que una caricatura y un refugio de delincuentes.

**

Por supuesto, la excepción confirma la regla. No todo el panorama es negro y la historia nos demuestra que la política si puede ser compatible con la defensa de elevados ideales. Aún cuando esto suceda casi por error y con muy poca frecuencia.
Quizás el ejemplo más notable lo encontramos al examinar la vida de uno de los hombres más ilustres y dignos de admiración que han caminado por el mundo desde que el hombre es hombre: Mohandas Karamchand Gandhi, mejor conocido como el Mahatma Gandhi, el “alma grande” de la India.

De el, Albert Einstein, otro gigante de la hmanidad, dijo lo siguiente:




“Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre
como éste caminó la Tierra en carne y hueso”.

Saturday, August 02, 2008

la homosexualidad NO es una enfermedad


Antes de entrar en materia consideré apropiado incluir estas imagenes en las que estos genios anónimos del humorismo involuntario exponen orgullosamente ante el mundo entero el alcance de su prodigiosa inteligencia. Resultan particularmente ilustrativas pues nos demuestran que las posibilidades que el ser humano tiene de hacer el ridículo son practicamente ilimitadas.

Después de una desagradable discusión que tuve esta semana al respecto, he estado pensando en ese tema después de mucho de no hacerlo. Es triste el saber que aún en esta época aún siguen existiendo personas que creen que la homosexualidad es una enfermedad, una aberración y que es un pecado mortal que condena a aquel que incurre en ella a pudrirse en lagos hirvientes en el infierno.


Hace un tiempo sentía repulsión e ira en contra de las personas homofóbicas. Un sentimiento que me inspiraban por igual los homofóbicos, los racistas o los fanáticos religiosos. Con el tiempo mi actitud hacia ellos fue cambiando del odio a la lástima. Al final de cuentas van por la vida exponiendose a un continuo rídiculo ante toda persona medianamente racional, esgrimiendo argumentos dogmáticos embuídos de ignorancia y estupidez, y odiando a media humanidad sin saber realmente porqué. Siento lástima por ellos y lo digo sinceramente.


La discusión giró en torno a si la homosexualidad es "natural" o no lo es. Y lo que realmente me deprimió es que mi interlocutora fue una mujer inteligente que sin embargo no ha podido superar la barrera de los prejuicios que los padres le vienen inculcando a sus hijos desde tiempos inmemoriales.


Ella es católica y como tal cree que la homosexualdad es una aberración y un pecado. Yo soy ateo y creo que la homosexualidad ni es una aberración ni un pecado, sino una faceta más de la naturaleza humana.


El ser humano se distingue del resto de los animales unicamente por poseer una inteligencia superior y capacidad de raciocinio. El amor es una invención humana. Quizá la mas maravillosa de sus invenciones. Y el ser humano se interrelaciona con otro ser humano buscando amor y afecto. La sexualidad como tal es una de tantas formas de expresarle amor a otra persona (Lamentablemente la sexualidad también puede ser usada para causarle terror a otra persona como es el caso de una violación, pero eso es otra historia) Para mi entonces, resulta indiferente si ese amor es compartido por personas de generos opuestos o del mismo sexo.


"Pero es que el fin del sexo es la procreación" decía mi amiga (Al final de cuentas no deja de ser mi amiga aún cuando tengamos formas de pensar abismalmente diferentes en algunas cuestiones) Yo le contestaba que si, que el fin de la sexualidad es la procreación, pero que no es ni por mucho la única función que esta cumple. Por lo menos no en nuestra especie. El pensar que la sexualidad en el ser humano tiene como unico y exclusivo propósito la reproducción equivale a ignorar completamente la cualidad más valiosa que posee: su inteligencia.


Creo que la vida es muy breve para desperdiciarla odiando a otros sin razón. No recuerdo quien lo dijo. El odio es como una pesada bolsa repleta de ladrillos. Le causa penurias a aquel que la carga y entorpece su camino. Frena su avance. Cuesta creer que tantas personas elijan cargar toda su vida la bolsa en vez de simplemente dejarla en el piso y avanzar.


Sunday, April 13, 2008

la forma correcta de expresar una blasfemia




Un libro puede cambiar al mundo. Y también puede cambiar una vida. En mi caso, el libro que más ha influído en mi vida fue escrito por un astrónomo: Carl Sagan. El libro es una devastadora crítica a la pesudociencia y la charlatanería así como una apasionada defensa de la ciencia como el más efectivo camino con el que cuenta el ser humano en su busqueda por la verdad. Se titula "El Mundo y sus demonios".


Es en ese libro en donde por primera vez oí hablar de James Randi, un mago que ha dedicado su vida a desenmascarar a charlatanes como Uri Geller, que aseguran poseer poderes paranormales, curar personas enfermas con el poder de la Fé o doblar cucharas usando unicamente el poder de su mente.


En 1995, Randi brindó una entrevista a la revista Skeptic Magazzine en donde fue cuestionado acerca de su opinión acerca de las leyes que sancionaban la blasfemia como un delito en varios estados de la Unión Americana. Su respuesta me parece simple y sencillamente brillante. Realmente no hay nada mas que agregar:




"Para asegurarme de que mi blasfemia ha sido expresada completamente, por este medio afirmo mi opinión de que la noción de Dios es una superstición básica, que no hay evidencia de la existencia de ningún dios o dioses, que los demonios, diablos, ángeles y santos son mitos, que no hay vida después de la muerte, ni cielo ni infierno, que el Papa es un dinosaurio peligroso, fanático y medieval, y que el Espíritu Santo es un personaje caricaturesco merecedor de risa y de ridículo. Acuso al dios cristiano de asesinato por permitir que ocurriera el Holocausto, por no mencionar la ‘limpieza étnica’ que está siendo llevada a cabo por cristianos en nuestro mundo, y condeno y vilifico a esta deidad mítica por alentar el prejuicio racial y comandar la degradación de la mujer."




Amén...




Mas información acerca de James Randi y de su trabajo aquí:






El libro de Sagan por su parte es una obra maestra. Toda la obra de este genial científico es recomendable, pero este libro en particular me parece su más valiosa contribución a la humanidad. Si se leyera en las escuelas como parte del plan de estudios básico, contribuiría a hacer de este mundo un lugar mejor. La editorial es Planeta.






Saturday, March 15, 2008

un extraño problema cuya solución son las balas o los libros


"No parece suficientemente demolida la pretensión de que las operaciones de la mente, así como los actos del cuerpo, estan sujetos a la coacción de las leyes. Los poderes legítimos del gobierno solo se extienden a los actos que lesionan a otros. Millones de mujeres, hombres y niños inocentes han sido quemados, torturados, multados y encarcelados desde que se introdujo el cristianismo. ¿Cual ha sido el efecto de la violencia? Hacer de la mitad del mundo estúpido y de la otra mitad hipócrita, apoyar el error y la bellaquería en toda la tierra".

Thomas Jefferson
1772

"El genio de los griegos bautizó a las drogas con un término (phármakon) que significa a la vez remedio y veneno, pues dependiendo de conocimiento, ocasión e individuo lo uno se transforma en lo otro. Del ser humano, y de modo alguno de las drogas, depende que remedien o dañen. Como existieron siempre, en todas partes, y -a juzgar por el hoy- mañana habrá más que qyer, la alternativa no es un mundo con o sin ellas. La alternativa es instruir sobre su correcto empleo o satanizarlo indiscriminadamente: Sembrar ilustración o sembrar ignorancia"

Antonio Escohotado
- Historia elemental de las drogas -


Muchas veces he expresado mi creencia de que la libertad es el valor fundamental sobre el cual deberían basarse todas las reglas de convivencia de una sociedad. Es cierto que no se trata de una libertad del todo irrestricta, ya que esta debe tener ciertos límites. Mucho se puede discutir acerca de cómo determinar que tan severos deben de ser esos límites. En mi opinión, siguiendo el pensamiento de John Stuart Mill, creo que los límites de la libertad humana comienzan solo en el momento en el que el ejercicio de esa libertad comienza a interferir con la libertad y los intereses de otra persona. En caso contrario, la libertad del ser humano es absoluta y nadie tiene el legítimo derecho de coartarla. Esto debe aplicarse tanto a particulares como a instituciones. Dicho de otra forma, el Estado también debe suscribirse a estas restricciones. Algo que en la práctica rara vez sucede.

Con frecuencia olvidamos el poder que puede y debe ejercer la ciudadanía sobre su gobierno. La apatía política y la desinformación provocan que nos olvidemos de la importancia de exigir nuestros derechos, contentándonos con cumplir las órdenes de nuestros gobiernos, como si estas fueran irrebatibles e infalibles.

Recordemos siempre que, al menos en las sociedades democráticas, los gobiernos fueron elegidos por los ciudadanos, por lo cual su función no consiste en ejecutar órdenes arbitrarias esperando que sus electores las acaten sumisamente, sino representar genuinamente la voluntad y los intereses de las personas que les dieron el poder.

La culpa de la aparición de gobiernos despóticos e ineficaces descansa en su mayor parte, en los ciudadanos que así lo permiten.

La democracia quizá no sea el sistema de gobierno perfecto, pero sin duda es el mejor del que disponemos por el momento. Un gobierno democrático tiene el legítimo derecho de imponer el orden y castigar a aquellos que afecten con sus acciones u omisiones, los intereses de otros miembros de la sociedad. En algunos casos no representa ninguna dificultad el identificar a aquellos miembros de la sociedad que entran en esta categoría. Nadie por ejemplo podría dudar que un violador, un pederasta, un funcionario corrupto o un asesino merecen un castigo por sus actos. Claramente, en cada uno de estos ejemplos se ha atentado contra la dignidad, los intereses o incluso la vida de alguien más. El problema comienza cuando nuestros gobiernos pretenden incluir en esta lista de infractores de la ley a individuos que no han interferido con la libertad, dignidad, los intereses o la vida de ninguna otra persona. Un ejemplo claro, en lo que a mí respecta, es la imagen que nuestros gobiernos y medios de comunicación pretenden crearnos alrededor de aquellas personas que consumen drogas.

¿Es verdaderamente legítimo que el Estado interfiera con la libertad que un individuo tiene de hacer con su cuerpo lo que quiera? ¿A quien esta afectando realmente el drogadicto aparte de a su propia persona? Un asesino privó de la vida a otra persona. Un violador o un pederasta (Dos de los seres mas despreciables que es posible concebir) atentaron contra la integridad física y más importante aún, contra la dignidad de sus víctimas, provocándoles un daño psicológico atroz e irremediable con el que tendrán que cargar por el resto de sus vidas. Un funcionario corrupto defraudó la confianza de los electores que le consiguieron el trabajo enriqueciéndose ilícitamente a costa de su dinero. En todos estos casos existe un claro e innegable perjuicio hacia alguien más. ¿Y en el caso de un consumidor de drogas? ¿ Es posible juzgarlo con el mismo rasero? ¿A quien esta perjudicando el consumidor de drogas excepto quizá a sí mismo?

El consumo de drogas entre los seres humanos es una práctica milenaria y prácticamente universal. No existe ninguna sociedad en la historia de la humanidad que se haya abstenido del consumo de sustancias químicas que posean las capacidad de alterar las funciones mentales, ya sea por motivos rituales, religiosos o simplemente recreativos. Es muy posible que las sociedades humanas primitivas forjaron sus respectivos conceptos de la Divinidad y la espiritualidad bajo la influencia directa del consumo de plantas alucinógenas (Al respecto recomiendo la lectura de un libro fascinante titulado “Las plantas de los Dioses”, fruto de una extensa investigación de Albert Hoffman –el químico que sintetizó por primera vez la dietilamida de l ácido lisérgico, mejor conocida como LSD- acerca del consumo de plantas con propiedades psicotrópicas entre diversos pueblos y civilizaciones del mundo) No se trata pues de una cuestión particularmente novedosa. No se trata de una “nueva plaga” o un “problema de nuestros tiempos” como pretenden hacernos creer los exagerados abordajes al tema por parte de los medios de comunicación o las insulsas e ineficientes campañas gubernamentales en contra de las drogas.

No pretendo negar la realidad. El consumo de ciertas drogas puede llevar a quien las utiliza a desarrollar una adicción terrible que sin duda puede provocarle problemas sociales, laborales o afectivos dentro de su vida personal. El consumo de opiáceos por ejemplo, conlleva el enorme riesgo de desarrollar una adicción atroz con el consecuente riesgo de experimentar el infierno del síndrome de abstinencia al momento en que se decida interrumpir su uso. El consumo de ciertas drogas puede provocar la muerte de quien las usa. Algunos ejemplos de estas sustancias, que en algunos medios gustan en llamar “drogas duras” son los derivados del opio (Morfina, fentanil, heroína, etc…) que son poderosos analgésicos y depresores del sistema nervioso central que potencializan el efecto de otros depresores más conocidos y consumidos como es el caso del alcohol o de algunos medicamentos ansiolíticos ampliamente utilizados como es el caso de las benzodiacepinas (Diazepam y derivados). De igual forma, existen estimulantes que también pueden provocar la muerte de quien las consume, como es el caso de la cocaína o las anfetaminas. Todas estas sustancias son innegablemente peligrosas y pueden ocasionar la muerte de quien las consume, ya sea por su combinación con otras drogas o por su uso individual.

Pero como en tantas otras cuestiones la solución a este problema no radica en castigar indiscriminadamente a los consumidores de estas drogas y juzgarlos bajo los mismos conceptos que un delincuente común, sino en la educación. En palabras simples, no creo que un consumidor de drogas sea un delincuente. Es solo alguien ejerciendo su libertad. Nadie ha dicho que el ejercicio de la libertad este exento de riesgos.

La mayoría de los consumidores de drogas desconocen los riesgos que conlleva su consumo, y en este caso es perfectamente lícito –y necesario- que se emprendan campañas informativas, eficientes y realistas para concientizarlos al respecto. En la práctica esto no sucede, o la verdadera educación es sustituida por amenazas inútiles y prédicas moralistas e hipócritas que no sirven para nada.

Nada de esto cambia el hecho de que un consumidor de drogas no puede ser juzgado lícitamente como un delincuente más, tomando en cuenta que no no esta afectando con sus acciones la libertad o los interés de nadie más. Todos los posibles daños de su acción los esta ejerciendo en contra de su propia persona, y en lo que respecta a su propio cuerpo, el ser humano es libre de hacer lo que quiera. Este es un concepto ampliamente aceptado desde el siglo XIX y sería un error pedir una excepción en este caso a su aplicación.

Ni siquiera es sensato juzgar el consumo de todas las drogas consideradas ilegales bajo el mismo enfoque. Las llamadas “drogas duras” son peligrosas. Es cierto. ¿Pero que decir de aquellas drogas ilegales que las campañas gubernamentales pretenden hacernos pasar por igualmente peligrosas cuando en realidad son mucho menos dañinas que drogas legalizadas ampliamente consumidas en todo el mundo como es al caso del alcohol o el tabaco? El ejemplo mas claro al respecto sería el consumo de marihuana. En el momento actual no existen pruebas de que la marihuana genere una adicción en quien la consume. Nadie ha muerto jamás por consumir marihuana. En términos simples, la sobredosis por marihuana no existe. Es cierto que se sabe que su consumo repetido si puede afectar las funciones cognoscitivas y la memoria de quien la usa. No es una droga inocua. Pero sus posibles daños palidecen ante las millones de personas que anualmente mueren como consecuencia directa del consumo de dos de las drogas legales más populares del mundo (La tercera sería la cafeína): el alcohol y el tabaco.

El alcohol produce una notable dependencia física y psicológica en aquel que lo consume de forma crónica. El síndrome de abstinencia que genera la suspensión brusca de su consumo en un alcohólico (El llamado delirium tremens) puede llegar a ser tan severo como para producir la muerte. Los daños a la salud derivados derivados del consumo crónico del alcohol son devastadores. Un alcohólico crónico casi irremediablemente sufrirá daños irreversibles en el hígado que lo llevaran eventualmente a la cirrosis hepática, una enfermedad terrible que lo puede llevar a la muerte ya sea por el daño hepático per se, o por otras consecuencias de la enfermedad, como lo son las hemorragias masivas por várices esofágicas derivadas de la hipertensión portal que conlleva la fisiopatología de la enfermedad.

Otro tanto puede decirse del tabaco. La adicción a la nicotina es intensa y particularmente difícil de superar. . En algunos casos se ha llegado a afirmar que el potencial adictivo de la nicotina rivaliza con el de los opiáceos. Una afirmación quizá algo exagerada. En la actualidad esta ampliamente aceptado –a pesar de los millones y millones de dólares que las tabacaleras gastaron durante décadas en un intento por negarlo- que el consumo de tabaco esta íntimamente relacionado con la aparición de diversos tipos de cáncer –siendo el pulmonar el más común- y con el desarrollo de enfisema pulmonar, eso sin tomar en cuenta que su uso también se relaciona con la aparición precoz y el agravamiento de la hipertensión arterial y con un aumento en la incidencia de cardiopatía isquémica, tanto en hombres como en mujeres.

Estas dos drogas por sí solas producen muchísimas más muertes que las que son atribuibles al consumo de todas las drogas ilegales juntas. Sin embargo, el Estado tolera su producción y consumo. Deberíamos preguntarnos el porqué. El hecho de que las grandes tabacaleras y empresas productoras de bebidas alcohólicas sean monstruos corporativos multimillonarios puede darnos una pista.

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“Si se quiere anular una pirámide de números en relación serial, se altera o se
elimina el número base. Si queremos aniquilar la pirámide de la droga, tenemos
que empezar por la base de la pirámide: el adicto de la calle. , y dejarnos de
quijotescos ataques a los llamados “de arriba”, que son todos reemplazables de
inmediato. El adicto de la calle que necesita la droga para vivir es el único
factor insustituible en la ecuación de la droga. Cuando no haya adictos que
compren droga, no habrá tráfico. Pero mientras exista necesidad de droga, habrá
alguien que la
proporcione.”

- El
Almuerzo Desnudo –
William S. Burroughs

Mención aparte merece la llamada “guerra contra las drogas” que tan pomposamente enarbolan tantos gobiernos como parte de sus programas prioritarios. Estas campañas, además de ser tremendamente costosas, están mal planteadas y con mucha frecuencia no prestan ningún beneficio real al problema de las drogas. La razón es simple: Su blanco esta mal planteado.

La mayor parte de las veces, estas campañas únicamente se reducen a ser meras cacerías espectaculares a los grandes cabecillas del tráfico mundial, sin prestar ninguna atención a la educación de la población o a la rehabilitación del adicto. Como todos sabemos, el negocio del tráfico de drogas mueve miles de millones de dólares alrededor del mundo. Un negocio que proporciona ganancias tan incalculablemente grandes no puede ser combatido de esta manera. Dejando a un lado el hecho obvio de que los grandes líderes del tráfico mundial tienen el suficiente dinero y poder como para sobornar a todos los funcionarios que sean necesarios para mantenerse libres, en el momento en el que uno de ellos, por la razón que sea, es dejado fuera del negocio, es inmediatamente sustituido por alguien más. La caza policial de narcotraficantes no es mas que un recurso costoso e inútil que los gobiernos ponen en práctica para ocultarle a sus ciudadanos, sus errores y omisiones en terrenos mucho más importantes como lo son la impartición de educación de calidad o de servicios médicos. Existen muchas y muy buenas razones para desconfiar de un gobierno que pretende ganar popularidad entre sus pueblos mediante la ostentación de sus supuestos logros en la gran “guerra contra las drogas”.