Sunday, April 01, 2012

un digno homenaje... a la estupidez humana


¿A quien se le puede ocurrir el atreverse a designar como un "arte" el grotesco espectáculo de presenciar el lento asesinato de un animal indefenso? ¿Que clase de persona considera el realizar este acto un gesto de valentía y el presenciarlo una forma de entretenimiento?
Por mas que lo pienso, no puedo entender en donde está el atractivo que lleva a la gente a presenciar una corrida de toros. ¿En donde radica lo entretenido de presenciar la lenta agonía y sufrimiento de un animal indefenso que es lentamente torturado hasta concluir con ese golpe mortal que lo lleva a morir ahogado en su propia sangre? ¿De que se jactan los toreros cuando es bien sabido que antes de la corrida el toro es deprivado de comida, golpeado y alimentado con desechos y sedantes? ¿Eso es a lo que le llaman "bravura y gallardía"?
Si, es cierto. El torero no deja de exponer su integridad física y en último término su vida en una corrida, pero ese es el mínimo precio a pagar que implica la decisión de dedicar tu vida a torturar y ejecutar animales indefensos. La inocencia es un término que evidentemente no entra siquiera en la ecuación puesto que todo animal es inocente por definición. El torero no es valiente por exponer su vida en una corrida. Es un idiota que eligió ese riesgo en aras del entretenimiento de personas desprovistas de todo respeto por la vida y el sufrimiento de un ser vivo que debería ser protegido. No ejecutado para saciar el morbo de una audiencia marcada por la estupidez.
Todo animal tiene el derecho a ser tratado con el respeto que le otorga su simple condición de ser vivo. Un ser vivo dotado con un sistema nervioso que de la misma forma que un ser humano, le lleva a experimentar estrés, miedo, terror y dolor.
El tratar de defender la infamia de la tauromaquia con ese estúpido argumento que la señala como una "tradición milenaria" que debe preservarse por ser parte del "acervo histórico y cultural" de un determinado país, es una apología tan debil (e idiota) que no se distingue del hipotético caso de un tipo que tuviera la ocurrencia de pedir la "reinauguración" de las guerras floridas, con el fin de capturar prisioneros para ofrecerlos en sacrificio en el zócalo.
Un toro, al igual que cualquier otra especie animal, es un ser vivo capaz de experimentar dolor. El torturarlo lentamente con el pretexto de ser parte del "acervo cultural" de un país es una argumento indefendible y grotesco, el reflejo de un desprecio absoluto por la vida, y en último término, una práctica que dice muchas cosas de la sociedad en la cual esta es tolerada, y peor aún, celebrada.
La vergüenza que pesa sobre el torero recae en la misma proporción en todas aquellas personas que mantienen viva esta aberración mediante el pago de su boleto.
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Hace poco leí una entrevista a "el juli". Comentaba que el sacrificio del toro era un homenaje a su bravura y grandeza, y que en todo caso, de no ser torturado en la plaza, le espera un destino aún peor en el matadero.
La estupidez de estos dos argumentos es tal, que no se por donde comenzar.
Un verdadero homenaje a la bravura y grandeza del toro sería salvarlo de esa tortura repugnante que le lleva a una lenta agonía y culmina con una muerte cuyo horror le hace honor a toda la madad y estupidez del acto en sí.
Básicamente lo que dijo fue lo siguiente: El torero admira la belleza y fortaleza del toro, el cual es un símbolo de bravura y gallardía. Esa admiración es tal que merece un homenaje. Y que mejor homenaje que golpearlo y sedarlo, como el preámbulo a la corrida, en donde dicho homenaje se manifiesta en todo su esplendor, mediante la sucesiva inserción de objetos punzocortantes que lo laceran y lo van debilitando lentamente por innumerables hemorragias,, hasta llegar a ese climax que consiste en atravesarle una espada que le llevara a ahogarse con las últimas reservas de sangre que le quedan.
El segundo argumento es aún más estúpido -si es posible.
El objetivo no es disminuir el sufrimiento del toro en la corrida, al salvarlo de un destino aún peor en el matadero. El objetivo, el punto central, es evitar que ese ser vivo sea torturado y por el contrario sea protegido de esta barbarie.
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Si no me equivoco, los toreros suelen jactarse de su valor y aplomo.
Tomando esto en cuenta se me ocurre el formular una propuesta perfectamente sensata -en el contexto de una acto insensato- que además dotaría de un toque de diversión a una práctica que no solo es brutal y grotesca, sino insufriblemente aburrida.
¿Porque no alternar el homenaje? Por cada corrida convencional, el torero entraría en la siguiente ocasión sin ningún tipo de protección o arma, provocaría al toro y se dedicaría a correr por su vida el resto de la función para evitar ser atravesado por el abdomen o el que su torax sea partido en dos por los cuernos de su bravo y gallardo contrincante, al cual tanto admira.
De esta forma, el toro les daría la inigualable oportunidad de recibir el gran homenaje al que se refería el juli.
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El que una práctica absurda, injustificable y brutal lleve siglos siendo practicada y celebrada, solo prueba que el ser humano no solo puede comportarse de una forma estúpida, sino que puede hacerlo por un tiempo indefinido y que esa estupidez puede ser transmitida de generación en generación. Nada más. No le otorga ningún tipo de legitimidad o valor a dicha práctica.
No se puede defender lo indefendible.
El grotesco e innecesario sufrimiento de un ser vivo y su ejecución en aras del entretenimiento de una "milenaria" sucesión de imbéciles de todas las épocas, me parece algo indefendible.

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